Recibí la invitación de mi hermano Pedro (QEPD) para asistir a una Pollada Bailable que estaba organizando. La tarjeta decía
Pollada Bailable Pro Damnificados del Norte
Asistimos toda la familia. Mi esposa y mis hijas saben el aprecio que siempre he tenido a mi hermano. Disfrutamos el plato que estaba en verdad delicioso, acompañado con su buena cerveza helada. Todo el mundo sabe que la verdadera ganancia está, precisamente, en la venta de cerveza y gaseosa.
Realmente un buen momento para relajarnos de nuestras actividades cotidianas a fin de reintegrarnos con renovados bríos.
Era el año de 1983 y todos recuerdan que el Fenómeno del Niño asoló a la Región del Norte, principalmente Piura, y por los daños causados se denominó a toda esta población como “Los Damnificados del Norte”.
Muchas instituciones humanitarias participaron en su ayuda así como todos los canales de televisión. Inclusive hubo particulares que organizaron eventos para ayudarlos.
Por ello no me extrañó que mi hermano haya organizado esta pollada y participamos de inmediato. No me esperaba lo que sigue.
Pregunté a Pedro
- ¿Cuándo piensas enviar la plata al Norte?
- ¿Al Norte, para qué?
- No estás, pues, haciendo este evento para enviarles ayuda?
- No, para mí es
- Cómo para ti, en la tarjeta dice Pro Damnificados del Norte.
- Sí, pero todo el mundo lo hace así. Todos hacen polladas con esas tarjetas, pero es para ellos mismos, no para enviar a nadie.
- Ten cuidado, no vaya a ser que tengas problemas. Mejor sería que digas que es Pro Bolsillo y no otra cosa.
- Está bien, no volveré a hacerlo
Es bueno recordar que esa vez de todas partes del mundo les llegó ayuda porque su problema fue bien grande y ocasionó muchos estragos y para muchos de nosotros fue la primera vez que vimos una cosa semejante.