El tamanco es un calzado de madera oriundo de la Amazonía Peruana. Son las sandalias de uso inveterado que todo loretano usaba para estar en casa o para ir a la esquina a comprar algo rápido. Lo usábamos chicos y grandes, hombres y mujeres, es decir era el verdadero “unisex” desde antes que se inventara esta palabreja.
Era una simple plataforma plana de madera de unos dos centímetros de alto y una tira de cuero que sujetaba el pie.
La fuente de producción era la Cárcel que quedaba situada en la primera cuadra de la calle Brasil en Iquitos, lugar que todos podíamos visitar los días domingos para comprar los objetos de madera que fabricaban los presos: muebles, porta sacos, escurridor de vasos, porta tinteros, “cachupines”, tamancos, etc. Los cachupines eran unos juguetes de madera consistente en dos listones de unos 20 centímetros de largo unidos en la parte media por otro listón de unos 6 centímetros y que en la parte superior llevaba un sencillo muñeco articulado unido por una pita retorcida de manera especial y al presionar los listones por la parte de abajo el muñeco hacía acrobacias y la diversión estaba en hacerle dar giros o vueltas espectaculares. Un juguete para niños, extraordinario.
El tamanco nos hacía la vida fácil pues nuestros pies estaban siempre frescos y nos protegía de los gérmenes que entonces se decía que subían por el pie al andar descalzo y nos llenaba la panza de lombrices. De hecho fui testigo de niños muertos por “ataque de lombrices”. Todas las calles de Iquitos eran de tierra y estaban surcadas por acequias abiertas.
Hasta que un día, a finales de los años 50s, a un médico se le ocurrió decir en la radio y los periódicos que el tamanco hacía daño al organismo. Que al andar con el tamanco de madera este golpeaba el talón y podía llegar a producir daños en la columna y en los riñones. Que la gente no debía usar tamancos. Y dejamos de usar este calzado que había formado parte de nuestra vida.
Tamancos
Lo curioso es que los japoneses han usado toda su vida tamancos de madera y lo siguen usando porque no tienen médicos como los nuestros que los hagan desistir. Lo usan hombres y mujeres, grandes y chicos.
También en otros países utilizan calzado de madera como los zuecos en Holanda y las galochas en Chile y España.
Calzados de madera de otros países
Luego llegarían las sandalias de material sintético, sayonaras, y su uso se generalizó, hasta que en los años 60s al señor Córdova se le ocurrió la brillante idea de fabricar tamancos de madera pero decorados, con múltiples colores y con tacos, únicamente para damas y bien caros. Fue un boom.
Sayonaras
Todas querían lucir esas elegantes sandalias del señor Córdova que resaltaban la belleza de sus pies con las uñas pintadas y las hacían sentir sumamente cómodas y frescas. Las sandalias se decoraban con imágenes de nativos y paisajes Amazónicos.
Tamancos del señor Córdova