Era el Analista Químico del Laboratorio Central de la Cervecería Backus y me encargaron ver un asunto de etiquetas en el Salón de Embotellamiento.
Habían llegado los Técnicos de las Máquinas Lavadoras de Botellas y habían manifestado que las etiquetas de papel que se estaba usando no eran las adecuadas.
Las etiquetas de cerveza Cristal son troqueladas en papel couché con el gramaje correspondiente, resistentes al agua helada y a la soda caliente. Deben salir enteras de la máquina lavadora de botellas.
Las máquinas lavadoras tienen un sistema que filtra la soda caliente eliminando las etiquetas por un costado de la máquina y se recibe en contenedores dispuestos para esa función. Pero el papel fabricado por Papelera Atlas se desintegraba en nuestras máquinas lavadoras, obstruyendo los filtros y saturando la soda con polvillo de papel que ensucia las botellas. Y era el único proveedor en el país.
El jefe conocía mi afición por la lectura por lo cual me había encargado administrar la Biblioteca del Laboratorio Central. Mayormente catálogos de materiales de laboratorio de diversos fabricantes, manuales técnicos y también libros sobre cerveza. Conocía los libros de memoria y por ello recordé que teníamos un libro que nos había hecho llegar la fábrica alemana Krones de Etiquetadoras Rotativas con adhesivo frío.
Etiquetadora Krones
Era un libro muy interesante y de gran volumen. Tenía un paquete de hojas para etiquetas e incluía los métodos analíticos para determinar la calidad del papel. Nunca antes habíamos necesitado analizar las etiquetas de esta manera.
De inmediato preparé mi equipo: básicamente un frasco resistente al calor con tapa roscada, donde debía introducir la etiqueta en una solución de soda al 5% a 70ºC y agitarlo fuertemente de arriba abajo con las manos.
Pedí autorización para cortar un pedazo de papel para etiquetas del Manual de Krones de 8 x 8 cm para someterlo a la prueba. Mi jefe insistió en que me rodeara primero de equipos de seguridad industrial: mandil de cuerpo de plástico resistente, guantes de jebe largos y una máscara protectora facial.
La prueba fue un éxito. Cuando saqué el papel de etiqueta del frasco estaba entero, pude lavarlo en el caño con abundante agua y ponerlo a secar.
En cambio el material de papelera Atlas se desintegraba totalmente y no se podía reconocer.
Elevé mi informe recomendando que se solicite a otros fabricantes de papel para etiquetas del mundo con las recomendaciones de Krones.
Los gerentes se acercaron a laboratorio a observar la prueba y satisfechos con los resultados ordenaron traer papel para etiquetas de todas partes.
De inmediato me llegaron etiquetas o rollos de papel de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania, y todos pasaron la prueba. Se adquirió el papel de varios países y se comunicó a Atlas la razón por la que se suspendió la compra a ellos.
Fue entonces cuando me avisaron de Recepción que dos Ingenieros de Papelera Atlas solicitaban hablar conmigo. Les di el pase.
Desde mi mesa de trabajo vi entrar como una tromba dos personas extrañas, un hombre y una mujer. Se les notaba que venían con la “espada desenvainada”, dispuestos a hacer justicia. Es fácil imaginarse su pensamiento: cómo puede un ingeniero que no sabe nada de fabricar papel atreverse a decir que su papel no vale.
- ¿El Ingeniero Suárez?
- Si
- ¿Cómo se ha atrevido usted a rechazar nuestro papel?
- Los papeles para etiquetas son sometidos a diversas pruebas, pero la más importante y decisiva es la prueba de la soda caliente y fuerte agitación. Como pueden ver, las etiquetas venidas del extranjero están aquí enteras luego de ser sometidas a nuestro control. Incluso el de Gran Bretaña parece que fuera de cuero. Y el de ustedes, en cambio se ha hecho polvo y está ocasionando fuertes problemas en las máquinas lavadoras de botellas.
- ¿Y de dónde sacó usted estos métodos analíticos?
- Del libro de Krones, fabricante de nuestras Máquinas etiquetadoras.
- Nosotros no tenemos este libro – se dijeron entre ellos, enteramente sorprendidos de que hubiera en el mundo del papel cuestiones de los que ellos no tenían ni la más mínima idea
Pidieron autorización para fotocopiar la parte de Métodos Analíticos del libro de Krones y tres meses después nos hicieron llegar un lote de prueba que cumplió todas nuestras especificaciones. Desde entonces se reanudó la relación comercial, porque siempre es mejor lo que tenemos en casa por el menor costo de producción.
Pero fue una buena experiencia, para todos.