Fue una caída espectacular, con “patada a la luna”. El patio de Cocimiento en la cervecería estaba regada de soda cáustica, un compuesto químico que parece jarabe, cáustico y muy resbaladizo. El personal de Cocimiento se había descuidado y no habían “manguereado” esa parte, y al salir del edificio de Laboratorio Central tenía que pasar necesariamente por ese piso. Quizás se me ocurrió pensar que todo el mundo cumplía con sus obligaciones y, la verdad, pues, no era así.
A pesar de ser una caída con graves repercusiones Backus no lo consideró un accidente y optó por enviarme al Seguro social en vez de enviarme a la Clínica Ricardo Palma o a Javier Prado.
Para entonces yo “pertenecía” al Policlínico “Chincha” y el Traumatólogo al ver la dimensión del dolor me recetó dos inyecciones por la mañana y dos inyecciones por la tarde, durante tres días. Cuando volví a la Consulta me dijo que él ya no podía hacer más por mí.
- Te estoy enviando al Rebagliati con todas tus radiografías – me dijo.
En el Hospital Rebagliati me atendió la Traumatóloga y en ese momento entró su amigo, parecía ser una persona que la apreciaba mucho, la iba a llevar a almorzar. Pero este señor, alto de tez bastante cetrino y oscuro, muy bien parecido y bien vestido, evidentemente un Traumatólogo, metió su cuchara y le llamó la atención mis radiografías.
Mientras mi esposa me dijo, bajito, esta doctora es “la burra” (Ver el post anterior)
Pero el visitante dijo
- Veo una fractura antigua, muy antigua
- A los 16 años fui soldado y saltábamos mucho
- Es de esa época, de su juventud, es la vértebra L2, está hecha pedazos
- Querida – le dijo a la doctora – mándale a Apoyo Sicológico
- ¡Doctor! ¿Acaso estoy loco?
- No es que esté loco, Apoyo Sicológico no es para los locos. Le va a hacer mucho bien
Vértebra L2
Mi esposa, conversadora en grado sumo, averiguó que ese doctor era el mejor Traumatólogo del Perú. Seguramente por eso no duró mucho en el Seguro social.
Lo cierto que el Apoyo Sicológico me ayudó mucho. Es una terapia grupal. Éramos 16 personas, todas, hombres y mujeres, adultos mayores con traumas en la zona lumbar.
Terapia Grupal
Nos enseñaron a causarnos dolor tensando los músculos de la cabeza, los brazos y las piernas, para luego, a voluntad, ir soltando la tensión de esos músculos. Para que cuando tengamos esos dolores podamos identificarlos y soltar nosotros mismos los músculos afectados, y de esa manera encontrar pronto alivio.
Nos enseñaron a subir mentalmente con los ojos cerrados una montaña muy alta con una mochila en la espalda cargando con todas las piedras de nuestra vida, y al llegar lo alto de la montaña botar la mochila y bajar raudos y livianos.
Aprendimos que ya nunca haremos lo que hacíamos de jóvenes y sanos. Ahora estamos enfermos. Esta es la parte más difícil de comprender.
No puedes agacharte, no puedes saltar, no puedes correr, no puedes levantar pesos, no puedes hacer esfuerzos.
- Señorita, cuando paso por el cuarto de mis hijos todo está desarreglado y no puedo dejarlo así
- Señora, cuando pase por el cuarto de sus hijos cierre la puerta. No mire adentro.
- Señorita, yo toda la vida he ido a la chacra a caballo
- Señora, ahora usted no puede montar a caballo
Había un señor que había sido Rector de la Universidad de Cajamarca, muy simpático, y fue elegido el “Rey del Grupo”. Todas las viejas votaron por él.
Y cosas así que nos convirtieron en gente nueva, renovada, y lo mejor de todo es que nunca más he necesitado de inyecciones para el dolor y ni siquiera pastillas para el dolor. Ahora me cuido. Y sí, el Apoyo Sicológico del Hospital Rebagliati me hizo mucho bien. Lástima no poder decirle Gracias al doctor visitante de “la burra”.