El mango es una fruta tropical de gran desarrollo en nuestra región y muy apreciada en nuestra casa sobre todo la variedad Edward por su dulzura y suavidad de su pulpa abundante y firme que permite cortarla en tajadas y cubitos.
El árbol de mango (mangifera índica) de la familia anacardiácea llega fácilmente a los 15 metros de altura y es de copa frondosa que se llena de frutos cuando llega la estación.
Cuando vivía en Iquitos todos los días jugábamos a la sombra de una fila de árboles de mango que había en el Malecón Tarapacá y uno de los gustos de mi época era comer mango verde con sal que de inmediato cambia su sabor ácido a dulce. El mango verde es comparable en su sabor con la taperiba, también llamado mango ciruelo (spondias dulcis Parkinson) e igualmente de la familia anacardiácea, cuando está verde, e igualmente lo comemos con sal. Un fruto que también comemos con sal aun cuando esté maduro porque es muy ácido es el limón chino (averrhoa bilimbi).
Un día de “Vientos de Santa Rosa” tuvimos vientos huracanados que derribaron algunos árboles de mango que por la estación estaban llenos de frutos verdes. Nosotros, los muchachos, cogiéndonos entre varios para resistir el embate del viento pudimos llegar con nuestros costales hasta los árboles caídos y cogimos abundantes frutos verdes, ya luego con el peso de las bolsas no fue problema el regreso con el vientecito ese. Siempre para el 30 de agosto se produce en Iquitos vientos fuertes que por la fecha, Día de Santa Rosa, le llamamos los vientos de Santa Rosa. Nos dimos un hartazgo de mangos durante muchos días.
El mango natural de Loreto es de tamaño mediano de color más bien verde aun cuando está maduro, es muy dulce y tiene muchas fibras que se meten en los dientes. De Pucallpa traían lo que dieron en llamar mango Injerto, más grande, más dulce y de pulpa más suave y con menos fibras que lo hacían preferir, se decía que la Zona Agraria de Pucallpa lo había desarrollado.
En Lima, en la época del verano abunda el mango y es cuando aprovechamos para comerlas pues son muy deliciosas y nos gusta a todos en la familia. Tenemos las variedades Edward, Haden, Kafro y el mango papaya que solamente un año lo disfrutamos en abundancia, después lo destinaron solamente para exportación.
En casa también preparamos refresco de mango en temporada de mango que es cuando se consigue frutos abundantes y maduros.
El Mango
En mi casa hay una regla que hemos aplicado siempre: yo pelo y parto el mango y lo reparto equitativamente entre mis tres hijas y mi esposa, la semilla la como yo. Nunca una mujer en mi casa peló la fruta ni comió la semilla.
Bueno, nunca, es mucho decir. Cuando creció Andrea, mi nieta, ella exigía la semilla, de manera que la regla impajaritable cambió. Entonces, cuando Andrea estaba, separaba una parte de la pulpa para mí y a ella le tocaba la semilla.
Cuando mi esposa iba después de almuerzo a la casa de Andrea para atenderla hasta que llegaran sus padres, para luego ir a sus negocios, le enviaba siempre un mango para Andrea.
Una noche le pregunté si Andreíta había comido su mango y si le gustaba como siempre.
- Sí lo comió – me dijo – y sí le gusta bastante.
Luego de una pausa me dijo
- No me deja comer la semilla.
Sentí mucha pena, pues me di cuenta que ya la enfermedad de Alzheimer se estaba apoderando de mi amada esposa, que ya nunca sería el alma pura, fuerte y segura que había sido siempre. Una mujer que era capaz de dejar de comer para que sus hijas pudieran comer más, ahora se quejaba de que no la dejaban comer la semilla del mango.
Desde entonces compraba el mango y en la casa le daba la semilla y la veía comer con deleite. Siempre me ha gustado mirarla comer, es un encanto.
Ahora que el mal se apoderó de mi amada esposa, ya no le damos la semilla porque la mayoría de sus dientes son postizos, el mango le corto en cubitos y ella los come con la mano. Ya no sabe que existe la semilla. Una pena.
Andreíta ya es una señorita y no desea comer la semilla del mango y como mi esposa tampoco puede comer la semilla del mango, la semilla ha vuelto a mí. Aún es temprano para saber cuál ha de ser la reacción de Ainhoíta con respecto a la semilla porque el mango le entusiasma en grado extremo.